Los avatares de la literatura puertorriqueña de buena parte del siglo pasado, y hasta el pasado lunes, no pueden explicarse sin la dedicación y el desprendimiento de Norberto González, librero y editor fallecido en San Juan, cuya vida sirvió para demostrar que, detrás de una obra, siempre tiene que haber un gestor comprometido.
Source: elnuevodia.com
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