En la amplia acera frente a la Real Academia de las Artes de San Fernando, donde pago visita cada vez y cuando a los Goyas que hay allí, casi solitarios, entre ellos el retrato de La Tirana, la garbosa actriz que desafía con la mirada a quien la contempla, tan antigua y tan viva en la pared, digo, al salir al sol que dora la calle de Alcalá y relampaguea en los cristales de los autos que vienen y van, aunque hace algo de frío, están esos músicos en la acera opuesta de la calle, unos músicos callejeros que forman una orquesta de cuerdas, y a los que puedo describir con precisión pues los fotografié con la cámara del teléfono, y aquí tengo conmigo ahora la foto, mientras escribo de cara a la ventana que da a esta tranquila calle de Princeton donde el otoño empieza a teñir el follaje de ocre y roja herrumbre y oro viejo.
Source: elnuevodia.com
Be First to Comment