“Tengo una hija joven adulta, que cada vez que suena una explosión se afecta tanto, al punto que puede llegar a convulsar”, dijo la educadora Janet Lasanta Camacho, quien como muchas madres y padres tiene que lidiar con los efectos de la pirotecnia en la población con algún trastorno del espectro autista.
Source: elnuevodia.com
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